Los Antiguos, al pie de los Andes...

Me llevó a Los Antiguos mi pasión por la fotografía… quería retratar la floración de los cerezos, y visto que Japón queda muy lejos, averigüé que en Los Antiguos, Provincia de Santa Cruz, al sur de mi país, Argentina, se cultiva la cereza… pero hay que ser muy precisos, porque la época del apogeo de las flores abarca sólo dos semanas de octubre.

Por lo tanto, en ese mes de 2014 iniciamos la travesía, porque eso fue el viaje… en avión hasta Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, al borde del Océano Atlántico, y en colectivo el resto del viaje hasta el pie de Los Andes (nos separan 438 km.), recorrimos la provincia de este a oeste.

Pasamos por infinidad de pequeños pueblos, con sus maquinarias de extracción de petróleo que semejan extraños pájaros que se inclinan a saludarnos… Y finalmente, después de cinco horas de traqueteo, llegamos a un lugar encantador, a la vera del Lago Buenos Aires, el segundo más grande de Sud América, con ese azul profundo de los lagos de montaña; nuestro alojamiento estaba justo frente a él, y sentadas en los bancos de esa costanera, contemplamos atardeceres maravillosos.

Lago Buenos Aires, el segundo más grande de Sud América-

Los Antiguos tenía en esa época unos 3.500 habitantes; pueblo pequeño, con gente sencilla y amable, siempre dispuestos a ayudar para que la estadía resulte placentera. Primero, averiguamos cómo hacer para fotografiar los cerezos. Nos dijeron que, puesto que no era temporada alta, deberíamos contratar un remise que nos llevara a las fincas; todas permitían ingresar gratuitamente, en algunas vendían productos regionales (dulces, licores, etc.) .

Cerezos en flor

Y fuimos a las fincas. Nos impresionó la fortaleza del viento, casi no nos daban las fuerzas para abrir la puerta del auto… pero valió la pena, al ver esa extensión de plantas cubiertas de blanco, como si fuese algodón o estuviese nevado… Una dispara la cámara mil veces, creyendo captar un capullo perfecto, un pétalo brillante, algo diferente en esa uniformidad, para descubrir luego que la belleza se encuentra en cada flor y en todas al mismo tiempo.

El paseo fue bellísimo, porque hicimos una recorrida por otras fincas, enterándonos así que hace unos años se intentó armar plantaciones de tulipanes, las cuales no prosperaron, no nos supieron explicar bien la razón, cuando los mismos crecen magníficos en Trevelín, a unos 600 km. de este lugar… No obstante, los rezagos florecen hermosos, iluminando con sus colores algunas franjas de tierras, salpicadas con las bellas hojas del muérdago…

De paso, hicimos un recorrido por el pueblo, asombrándonos el color naranja refulgente con que pintaron la Municipalidad. Hay cerezos en la plaza, y todo está tan prolijo que parece de cuento…

Cavernas de mármol

Para conocerlas hay que atravesar la frontera, porque las mismas se encuentran en Chile; el lago es compartido con Argentina, adquiriendo en el vecino país el nombre de General Carrera.  Los tehuelches, nativos de esta zona, lo llamaban Chelenko (‘aguas tormentosas’).

Hay dos caminos desde Los Antiguos: uno, bordeando el lago en camioneta, y otro, navegando a través de él. Optamos por esta segunda posibilidad, y nos embarcamos en un gomón con motor fuera de borda… ¡una aventura excitante! Velozmente, el gomón saltaba sobre el agua, dando la sensación que lo hacía desde el fondo del lago…

Fue hermoso avistar las cavernas, ir acercándonos a ellas… en realidad, son como aberturas en la roca, no son realmente cavernas por las cuales se puede navegar adentrándose… pero son bonitas de verdad, con sus vetas de diferentes tonos y el agua verde transparente en consonancia.-

Por último, comento que nos alojamos en la Posada Aike, donde estuvimos muy cómodas; la excursión a las Cavernas de Mármol y otra a las montañas las hicimos con Chelenco Viajes, nos llevó el mismo dueño, desbordante de simpatía.

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