El Calafate: Rios de Hielo

Fui a El Calafate, Provincia de Santa Cruz, República Argentina (mi país) a conocer los Glaciares… es inenarrable la belleza y serenidad que se respira allí, esas paredes de hielo de 60 mts. de altura, con grietas profundamente azules por lo compacto del hielo, que parece reflejaran una luz propia… 

 

El lago Argentino, de aguas como verdes espejos, pero no transparentes, debido a los sedimentos glaciarios… Todo esto parece una visión maravillosa, instalado como está en el desierto patagónico… se viaja a través de cientos de kilómetros de vegetación achaparrada, de roca pelada, sin colores más que el uniforme del pasto seco… y de pronto, como surgiendo de un encantamiento, allí se encuentra con esta paleta de tonos azules, verdes y un blanco impecable, intacto, rodeado de un aire purísimo, sin contaminación de ninguna especie…

 

Cada tanto se escuchan ruidos secos, que repercuten en la quietud de fondo… -son los rompimientos que se producen constantemente, pero fuera de la vista, en el interior del glaciar…

Bahía Onelli, espejo del cielo.

Todos tienen su encanto particular. Por ejemplo, el glaciar Spegazzini muestra inefablemente su forma de río sólido, retorcido, bajando a través de las montañas… 

En la Laguna Onelli (hago un alto en la descripción para agregar que se almuerza en el restaurante Bahía Onelli, donde sirven una sopa inigualable, la que no se puede repetir: el menú es sopa y tallarines, pero una sola porción a cada uno…(¡nunca probé algo igual!) a la cual se accede mediante una caminata a través del tupido bosque magallánico, confluyen los glaciares Onelli, Bolados y Agassiz, desparramando sus témpanos, que quedan nadando en la laguna, porque es estrecho el brazo que la une con el Lago Argentino y no pueden continuar navegando. 

 

Por lo tanto, me senté sobre una piedra, con la cara entre las manos, contemplando ese espejo mágico, los témpanos reflejándose en el agua, los tres glaciares bien diferenciados, cada uno con su encanto…y agradecí profundamente a Dios poder estar allí, y tener la suficiente sensibilidad para disfrutar su obra… agradecí por mis padres, a quienes sentí más cerca que nunca en este lugar especial, porque de ellos heredé esta admiración por la naturaleza, que me hace viajar a través de los kilómetros para contemplarla… este lugar es como un templo, lleno de espiritualidad…

Es curioso como cada glaciar tiene su particularidad… por ejemplo, el Upsala es el más grande de los glaciares del Parque Nacional, tiene la extensión de tres veces la ciudad de Buenos Aires; el Perito Moreno es el único glaciar del mundo al que se accede por tierra…y andar sus pasarelas, viéndolo desde distintos ángulos, es una maravilla.-

Acercándonos a lo material, les cuento que nos alojamos en el Kalenshen Hotel Cerro Calafate, donde nos sentimos como en casa, trato amigable y con muy buenas atenciones.

Asimismo, el inmejorable lugar, absolutamente recomendado para comer el verdadero cordero patagónico, es La Tablita, un restaurante parrilla que lleva más de veinte años en ese mercado.

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